viernes, 16 de diciembre de 2016

¿Cómo se sabe cuando hay sexo con amor?


¿Cuándo hay sexo con amor? ¡Qué buena pregunta! Creo que el amor se siente en el sexo cuando también está presente en todos los demás aspectos de la relación. Cada parte impregna la otra, le inyecta parte de su esencia y se nota cuando está y se siente cuando falta. El amor aporta profundidad a la relación de pareja, mientras que el sexo le aporta intensidad. ¿En qué medida? Bueno, supongo que eso varía de pareja en pareja, y no es que haya una mezcla perfecta o exacta, sino más bien la que mejor funcione para cada pareja, y para cada uno de sus integrantes. Digamos que mitad y mitad es una buena base, y seguro no se mantiene siempre estable a lo largo de la relación, pero lo importante es que ambos aspectos estén presentes en mayor o menor medida.

Una relación puede seguir ante la ausencia de alguno de estos dos elementos, pero no deja de ser una relación incompleta. Lo interesante de esto es que muchos pensamos que la falta de amor “mata” una relación antes que la falta de sexo, pero en realidad ocurre lo contrario, es más probable que una relación sucumba por la falta de intensidad que por la falta de profundidad.

Digamos que el amor, la profundidad, es el combustible de la pareja, mientras que el sexo, la intensidad, es esa chispa que enciende el motor. Por más lleno que esté el tanque, si no hay chispa, ese motor no va a arrancar. “¡Pero hay muchas relaciones que sobreviven a pesar de la falta de sexo!” dirán muchos. Si, quizás, pero sobreviven, no viven. Y sobreviven porque nos han vendido esta idea, nos la han taladrado en la cabeza desde que somos infantes de que al amor lo puede todo y el sexo, bueno, el sexo es algo secundario.

Piénsenlo, es más fácil imaginar terminar una relación porque no hay amor que porque no hay sexo. ¿Por qué? Bueno, aunque nos sintamos mal por la carencia de cualquiera de los dos elementos, por toda esa enseñanza distorsionada de que el amor es todo pureza y el sexo es algo sucio, nos hace sentir especialmente hijos de puta el ponerlo por encima del amor (¡o siquiera cerca!) en nuestra escala de valores o necesidades o aspectos no negociables de una relación.

La parte complicada de esto, y si, hay una parte complicada, muy complicada, es que estos elementos no solo aportan a la relación, sino que tienen una dinámica entre sí. El amor le da profundidad a la relación y le da profundidad al sexo, y el sexo le da intensidad a la relación y le da intensidad al amor.

Entonces, falta un elemento, o hay un desbalance en esa mezcla de combustible tan particular que nos enciende, que enciende a nuestra pareja y enciende nuestra relación, y empezamos a cojear de una pata. Y si lo que falta es sexo, es más probable que tratemos de disimular mas la renguera que si se tratase de falta de amor, no vaya a ser que nuestra madre, padre y espíritu santo introyectados en nuestro súper yo (o estado del ego padre) se vaya a enojar con nosotros por atrevernos a darnos el permiso de considerar nuestra sexualidad como una parte importante, vital e integral de nuestra vida y de nuestra relación de pareja.

Regresando al tema, ¿cómo sabemos si hay amor en el sexo? Bueno, porque hay amor en otras cosas, las cosas de todos los días, los detalles grandes y pequeños que se comparten: la amistad, la complicidad, la compañía, la conexión, los planes conjuntos, las metas propias y compartidas, la admiración, la fascinación, las tardes caminando por el parque, las noches viendo The Big Bang Theory y comiendo hamburguesas con papas fritas hechas en casa, las cenas de sushi, el llanto y la risa compartidos, las peleas (inteligentes, si son afortunados) que terminan en tremendas sesiones de “make-up sex”, en fin, ¡TANTAS COSAS!

Si no hay nada de esto, o muy poco, o no lo suficiente, quien sabe, quizás solo están teniendo sexo, y eso no tiene nada de malo, si es algo que está claro y consensuado entre los dos. Pero si estás buscando amor en tu sexo y sientes que falta, probablemente es tu intuición o instinto jalándote las mangas de la remera o la basta del pantalón, tratando de avisarte que algo pasa, algo falta, algo. Ah, y el amor a veces es ciego y el sexo a veces nos ciega, ¿pero el instinto? El instinto tiene vista 20/20 y es bien difícil engañarlo. - Izzy

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