¡Hola! Como les conté en la primera parte de este post estuve leyendo un libro súper interesante sobre la evaluación y tratamiento del conflicto marital que me regaló mi terapeuta, e integrando este conocimiento con todo lo que he aprendido este año acerca de terapia de parejas en diversos seminarios y congresos me quedé pensando cómo y cuánto se beneficiarían muchas parejas e individuos si supieran un poco más acerca del tema, ya que muchas veces lamentablemente obtenemos este aprendizaje e información valiosa cuando ya nuestra relación de pareja está en conflicto.
El comprender la relación de pareja desde la perspectiva de la terapia de pareja nos permite evaluar y reevaluar y entender mejor nuestras relaciones (y parejas) pasadas, presentes y futuras y a la vez poner en contexto nuestra propia historia y la de nuestra familia de origen.
Por eso me gustaría compartir con ustedes algunas de las cosas que estoy aprendiendo por el camino, ¿les parece? Me tomé la libertad de cambiar el término “matrimonio” por “pareja” para que quienes lean esto y estén (o hayan estado o planean estar) en una relación de pareja - más no necesariamente casados - no se sientan dejados por fuera.
El comprender la relación de pareja desde la perspectiva de la terapia de pareja nos permite evaluar y reevaluar y entender mejor nuestras relaciones (y parejas) pasadas, presentes y futuras y a la vez poner en contexto nuestra propia historia y la de nuestra familia de origen.
Por eso me gustaría compartir con ustedes algunas de las cosas que estoy aprendiendo por el camino, ¿les parece? Me tomé la libertad de cambiar el término “matrimonio” por “pareja” para que quienes lean esto y estén (o hayan estado o planean estar) en una relación de pareja - más no necesariamente casados - no se sientan dejados por fuera.
Las etapas del conflicto de pareja.
El conflicto de pareja difiere de una pareja a otra no solamente respecto a los temas específicos alrededor de los que se organiza el conflicto sino, más importantemente, con respecto a la duración e intensidad del conflicto. Por ende, la terapia se ajusta acorde al nivel de severidad del conflicto.
Las parejas en conflicto pueden clasificarse en cuatro grupos:
Grupo 1: Las parejas manifiestan un grado mínimo o pre-clínico de conflicto y responden favorablemente a la educación acerca de cómo una pareja funciona y no funciona. Son capaces de tomar esta información y usarla para cambiar su relación positivamente.
Grupo 2: Consiste en parejas que han estado en conflicto activo por menos de 6 meses. Este conflicto incluye un grado significativo de proyección y perdida del autoenfoque (desplazar la culpa o responsabilidad de todo el conflicto en la otra persona y no poder ver nuestra parte en el).
Grupo 3: Estas parejas presentan conflicto severo. El mismo se ha extendido más de 6 meses y la proyección es intensa. La preocupación principal del terapeuta es casi exclusivamente el controlar la reactividad instantánea de la pareja (su tendencia a reaccionar a su contraparte emocionalmente y sin pensar).
Grupo 4: En el caso de parejas casadas, sin aquellas que se presentan a tratamiento después de uno o ambos han involucrado a un abogado. En esta etapa, la situación es adversaria más que conciliatoria. El trabajo en terapia está mejor orientado hacia disminuir el daño emocional de los esposos, sus niños y las familias extendidas.
Espero hayan disfrutado este post y que les ayude a comprender y navegar de manera más saludable y constructiva sus relaciones pasadas, presentes y futuras. Namasté.
Izzy.
Fragmentos extraídos del libro: “The Evaluation and Treatment of Marital Conflict” (La evaluación y tratamiento del conflicto marital).
No hay comentarios:
Publicar un comentario