domingo, 3 de marzo de 2013

¡Mujeres!: ¡Alerta de Límites!

¡Hola! Antes de entrar a este post, hago una serie de necesarias aclaraciones:

- Creo, pienso y siento que el mensaje de este post es TAN importante para las mujeres, que el mismo será publicado tanto en Psicología Panamá como en Sexualidad Panamá.

- Si, este post va dirigido a las mujeres, a pesar de que yo no escribo ni para mujeres, ni para hombres, escribo para todos; y si bien el contenido y mensaje de este post puede ser extrapolado para los hombres, mi mensaje va dirigido a las mujeres, ¿vale?

Me acaba de pasar una situación tan, pero tan desagradable, que quiero compartirlo con todos ustedes, porque aquí hay mucha toxicidad, problemas de límites y triangulaciones que, uffff, merece un post y ustedes mujeres que lean esto, merecen conocer el punto de vista de este hombre en particular que aquí les escribe. ¿Vamos?

El viernes por la noche, me llegó una invitación por WhatsApp de parte de una amiga histórica (es decir, una amistad de muchos años, más de una década) para ir al cine durante el fin de semana.

Hace un rato decidí hacer follow-up y me vi sumergido en una situación tan difusa, distorsionada, toxica y plagada de serias y peligrosas brechas de límites, que francamente agradecí a mi terapeuta hermosa y bella por todo lo que me ha enseñado en estos últimos años sobre relaciones toxicas y limites.

A mitad de mi follow-up vía WhatsApp, me encuentro con la siguiente serie de mensajes:

¿Quién eres? Habla Fulano, la pareja de Fulana. Vas a tener problema conmigo. Es más, te llamo ya, desde mi cell.

El: "Hola, esta es Carola, mi propiedad... digo, mi pertenencia... no,
mi trofeo... no, mi..." Ella: "¡¡¡Tu EX, loser!!!"

Interesante, ¿no? Vamos a tomar este mensaje, ponerlo sobre la mesa de exanimación y procederé a diseccionarlo para ustedes:

“¿Quién eres? Habla Fulano, la pareja de Fulana.”

Serio. ¿Fulana sabe que Fulano no solo revisa y lee sus mensajes, sino que los intercepta y toma el control de la conversación? ¡Problema serio de límites!

“Vas a tener problema conmigo.”

Uno. Creo que el problema lo tiene Fulano, con Fulana, debido a que no respeta en lo absoluto sus límites y obviamente aquí hay un tema de desconfianza y celos, ¿parece, no?

Dos. Fulano no tiene la menor idea de quién soy, al menos eso parece, ya que su primer frase fue preguntar quién soy. Yo puedo ser una amistad, un familiar, un compañero de trabajo, un superior laboral, piénsenlo porque regreso a esto más tarde.

Tres. No, yo no voy a tener un problema contigo, porque no tengo la menor idea de quién eres. Esto es un “¡Vamos!” Una invitación para entrar al triangulo, en cualquiera de sus tres ángulos (sorry, se que les debo un post más profundo sobre la dinámica de las triangulaciones):

Como víctima: Asumir el rol de la víctima que no sabe o entiende qué hizo mal y se deshace en disculpas, baja la cabeza, cede. Sorry, not gonna happen, baby.

Como acusador: “¡No, el que va a tener un problema eres tú!” Ese sería mi estado del ego niño hablándole a su estado del ego niño (también les contare mas sobre esto en otro post). Tampoco va a pasar, aquí manda mi estado del ego adulto, que hace lo que todo adulto hace ante la pataleta del estado ego de niño de Fulano, ignorarla.

Como salvador: Aquí siento que me corresponde el rol de defensor y salvador de Fulana, para liberarla de la tiranía de este Fulano, pequeño niño tirano. No, que va, esta guerra nada tiene que ver conmigo y estoy en detox de codependencia, en esto no caigo ni de broma.

En todo caso, el que tiene un problema es Fulano con Fulana, por lo que parece ser un caso fuerte de problemas de límites, celos y desconfianza; y obviamente Fulana tiene un problema con Fulano, pues se lo ha permitido.

“Es más, te llamo ya, desde mi cell.”

Esto es un poquito más de pataleta del estado de ego niño de Fulano, un refuerzo de la anterior invitación de entrar al triangulo. Les comento que sigo esperando la llamada.

¿Pero, y qué pasó? Fulana retomó el mando de la conversación vía WhatsApp, e intentó, quizás casualmente, de llevarla nuevamente a su cauce original, así minimizando lo que para mí era un obvio problema, pero, al fin y al cabo, NO mi problema.

¿Yo qué hice? Lo que pude hacer tomando en cuenta que, tras un intercambio de este tipo, ya no puedes saber quién está al otro lado de la conversación. Le dije a Fulana que si quería podía llamarme, pero que yo no iba a continuar la conversación por este medio.

¿Por qué? Es muy sencillo. Obviamente Fulano no sabe respetar los límites. Obviamente Fulana no sabe hacer respetar los suyos. Pero, en esta situación, mis límites están muy claros y hasta aquí llega la cosa. Ignoras las pataletas de los estados del ego de las personas tóxicas y NUNCA pones un pie en el triangulo al que te están invitando.

"No entiendo, qué tiene él que yo no? Digo, aparte de no ser celoso,
desconfiado, irrespetar los límites, ser tóxico... ¿A las chicas no
les gusta eso acaso?" (Eh, mmm, no, imbecil.)

Conclusión:

La primera impresión que Fulano pudiera darme poco me podría importar, ni siquiera sé quién es, pero obviamente, para mí, el tipo dio a entender que es MANSO LOSER (si, aquí no hay términos psicológicos políticamente correctos, gente). Lo triste es, que por medio de sus actos, potencialmente puede hacer quedar MUY MAL a Fulana. Mujeres, no dejen que un MANSO LOSER con problemas de límites, celos y desconfianza las haga quedar mal y les quite ese brillo hermoso y propio que tienen, no se conviertan en MANSAS LOSERS por asociación. Sálganse del triangulo, sálganse rápido, nadie en este mundo vale tanto como para pararse como idiota en un triangulo (como víctima, salvador o acusador) por el o por ella.

Namaste.

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